LOS FUNDADORES DE LA GALERÍA: UNA FAMILIA DE ESCULTORES FLORENTINOS DESDE HACE SEIS GENERACIONES

Lorenzo Bartolini nació en Savignano, en la provincia de Prato, el 7 de enero de 1777, en el seno de una familia humilde. En 1799, después de haberse formado en la Accademia de Florencia, pasó una temporada en París, donde recibió encargos de gran importancia. Gracias al interés de Elisa Baciocchi, hermana de Napoleón, en 1807 fue nombrado catedrático de escultura por la Accademia di Belle Arti de Carrara y se convirtió en el escultor oficial de la familia Bonaparte, para la cual esculpió numerosos retratos.

Raffaello Romanelli, hijo de Pasquale, nació en Florencia el 13 de mayo de 1856. Desde pequeño acudía al estudio de su padre, donde adquirió sus primeras habilidades para el dibujo. Era una tradición italiana pasar desde mediados de julio hasta septiembre en la montaña o en el mar, con tal de evitar el tórrido calor veraniego de la ciudad; por eso, la familia de Raffaello pasaba la estación en Viareggio, donde el joven descubrio su pasión por el mar.

Romano, hijo de Raffaello y nieto de Pasquale Romanelli, nació en Florencia el 14 de mayo de 1882 y se convirtió en un escultor y escritor muy conocido. Desde niño mostró aptitud para la escultura y, bajo la guía de su padre, parecía estar destinado a proseguir con la tradición de la familia.

Folco Romanelli nació en Gran Bretaña en 1952. Descendiente de artistas de renombre, tanto por parte de su familia paterna —los ilustres Romanelli: el tatarabuelo Pasquale, el bisabuelo Raffaello, el abuelo Romano— como por parte de la materna, donde ambos abuelos eran exitosos pintores e ilustradores y su madre era pintora y música.

La figura humana es el tema central de sus obras y las proporciones naturales del cuerpo le sirven de continua inspiración. La representación realista es el instrumento con el que Raffaello da forma a la belleza de cualquier sujeto. Su trabajo destaca por sus retratos: esculpir en persona, dialogando con el modelo, le permite capturar las facciones del rostro, la multitud de expresiones, y, en consecuencia, reflejar la personalidad de los sujetos.

El más joven de entre los artistas de la familia, también Vincenzo ha heredado un talento natural para la escultura. Desde pequeño ha estado en contacto directo con el mundo del arte; observando las obras de sus antepasados, a través de los que ha podido desarrollar una especial sensibilidad para la escultura. La formación clásica en el estudio del pintor Charles H. Cecil en Florencia le permitió aprender las técnicas de diseño y modelado en persona.